Relato (misterioso) de verano

Para estos días de calor y tedio presento un relato por entregas con cadáveres, personajes con oscuros secretos, sórdidas reuniones y más…

La fiesta

 I

 

El anfitrión que organiza una orgía debe ocuparse de tantos detalles (vídeos, condones, cacahuetes…) que siempre se le escapa algo, por eso al encenderse las luces a nadie sorprendió demasiado la presencia desnuda del cadáver de un desconocido. Sobre todo por lo de presencia desnuda.

El juego era el de siempre: todos retozaban a oscuras a su antojo hasta que de repente se encendían las luces (nunca a la misma hora), momento que algunos y algunas aprovechaban para terminar lo que tuviesen a medias, mirar un rato, o ir a echar una meada. Hay que admitir que en esta ocasión no hubo nada de esto: el cadáver era una novedad importante. Y erecta. Capitán fue el primero en hablar (para evitar suspicacias y pleitos he puesto a los protagonistas de esta verídica historia apodos absurdos). Capitán poseía un físico impresionante, hercúleo, y la inteligencia de alguien que ha invertido absolutamente todo su tiempo, esfuerzos y voluntad en incrementar el tamaño de sus bíceps, tríceps y fórceps varios. Su alarmante capacidad de reflexión confería a su voz un tono de total seguridad por estúpida que fuese la idea que expresara, lo cual lo convertía en un líder nato, también influía en su carisma el tamaño de su miembro, el más grande (exceptuando el del muerto) de entre los presentes, esto impone mucho entre hombres desnudos. Cuando habló, todos escucharon:

—Está muerto.

Brillante, en su línea.

—¿Muerto dices?

—¿Cómo que muerto?

—¿Alguien lo conoce?

—¿Seguro que está? ¿Seguro que está muerto?

—¿Muerto dices?

—Es enorme.

—¿Por qué está muerto aquí?

—No parece muy muerto, mirad eso, cómo se aguanta. No parece muy muerto

—¿Seguro que está muerto?

—Eso puede aguantar horas así, hasta días.

—Es artificial, operado. No puede ser natural

—¿Seguro que está muerto?

—¿ Y tú cómo lo sabes?

—Todo el mundo lo sabe, es el rigor mortis. En las funerarias la atan a la pierna del fiambre.

—No puede ser.

—Claro que sí. ¿Te imaginas acaso un cadáver en la caja marcando paquete?

—Esta aguanta porque es operada, seguro.

—O enfermizo. Una especie de gigantismo

—Tampoco le sirve de mucho ahora.

—¿Seguro que está muerto?

—Vale vale, todos tranquilos —dijo Capitán—, está muerto. ¡Callaos de una vez!

—¿Por qué no compruebas si está muerto de verdad?

El que había hablado era el señor Breve y se dirigía a su esposa, que era cirujana.

(continuará…)

 

2 Responses to Relato (misterioso) de verano

  1. Oriol "King of Sex" Roca says:

    Aquest relat quan estigui acabat , em molaria ilustrar lo

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